“Por 13 razones” es el título de una serie que deja huella. Normalmente abordamos temas que tocan de cerca las edades tempranas de los pequeños, el nivel educativo que ocupa nuestro tiempo y nuestros pensamientos. No obstante, me vais a permitir que hoy dedique este post a la adolescencia. Esa edad tan terriblemente compleja que antes o después ocupará nuestras preocupaciones como padres y madres.

El tema del “bullying” es actualidad en las televisiones.

Los programas abordan esta realidad de frente y sin tapujos. Iniciativas y campañas como “Proyecto Bullying” con Jesús Vázquez y “Se buscan valientes” con el rapero “El langui” están fomentando que este tipo de injusticias tengan voz propia y no se queden en la oscuridad como ha pasado hasta ahora.

Esta serie original de Netflix ofrece una realidad cruel en torno a uno de estos casos. Una chica de 17 años se suicida y los capítulos giran en torno a los motivos que la llevan, poco a poco, a la absoluta desesperación y falta de esperanza.

La serie avanza mostrando las diferentes perspectivas implicadas en estos casos. Por un lado, la realidad de los adolescentes. Cómo viven su día a día en los institutos, afrontando un sin fin de pruebas sociales y exámenes morales que pueden llevar a un sufrimiento mudo. Afortunadamente en la mayoría de los casos se queda en pasillos. Desapareciendo con el crecimiento y el cambio de nivel educativo. Aunque a veces tengan un final trágico, como el ejemplo que muestra la producción.

Por otro lado, podemos ver la perspectiva de la comunidad educativa. Sus idas y venidas respecto a la implicación y la responsabilidad hacia su alumnado. Y por último, el papel de la familia. Espectadores la mayor parte del tiempo, frustrados por ser conscientes de ciertas cosas, pero no tener recursos o incluso posibilidad de ayudar a sus hijos. Es impactante contemplar como afronta la familia la muerte de su hija. Esa impotencia y culpabilidad hace tambalear a cualquier padre o madre espectador de la serie.

¿Cómo es posible?, ¿existe tanta crueldad?, ¿qué estamos haciendo mal?, hay un sin fin de preguntas sin respuesta que quedan en el aire con el visionado de cada capítulo. Sin duda un fuerte golpe de realidad para todos los sectores implicados en estas edades. Una serie difícil de ver en muchos momentos, bien elaborada y con un grito de queja y reivindicación que no deja indiferente a nadie. Si tenéis un hueco para ver la televisión cuando los peques se van a la cama, aquí tenéis esta sugerencia. Cread vuestra propia opinión al respecto, si algo nos ha quedado claro “Por 13 razones” es que no es una serie para adolescentes. Todos podemos aprender del torbellino de emociones que despiertan sus imágenes.