La Presentación, no solo es un colegio, es “mi” colegio. El emblema que porté en el uniforme durante tantos años. Mi escolarización comenzó con cuatro años y el día que me despedí de sus aulas cumplía dieciséis. Desde entonces no había vuelto. Ningún acontecimiento me ha llevado a cruzar de nuevo su puerta de entrada. Seguramente porque no he querido o de manera inconsciente he intentado evitarlo.
Desgraciadamente no guardo muy buenos recuerdos de mi etapa escolar. Por aquel entonces el colegio se volvió mixto y la entrada de algunos chicos, la mayoría repetidores trasladados de otros centros, me hizo la vida en las aulas algo más difícil de lo que debería ser.
Veintitrés años después vuelvo como directora de nuestra escuela, con nervios pero con fuerza y experiencia, para contar nuestra impresión durante la visita desde un punto de vista educativo, dejando de lado fantasmas que puedan entorpecer la visión, de aquello que podría ser, una opción para nuestros alumnos de tres años.
Al llegar, un único pensamiento invade mi mente. “No parece el mismo”. No lograba reconocer apenas nada de aquellas instalaciones. Sin embargo, al comenzar la visita me encuentro con la majestuosa casa. El punto central, el origen de todo, ahora transformada en aulas de Bachillerato.
A cada paso que damos, recibo una sorpresa. Todas sus instalaciones han sido mejoradas y renovadas creando la imagen de un colegio pequeño pero sumamente completo. Con rincones pensados por y para el alumnado y con un proyecto educativo complementario a la clásica editorial que llena las aulas de materiales ricos en estímulos.
Aulas amplias con rincones motivacionales que llevan a los pequeños de infantil a conocer El espacio y la Antigua Grecia. Pasamos junto a un taller que se lleva a cabo en el patio, para llegar al tablero de ajedrez pintado en el suelo a gran tamaño, que permite a la directora explicar la importancia de dicho deporte en la programación del centro.
La Presentación de Nuestra Señora es, a día de hoy, una potente opción educativa en el ámbito de los colegios concertados religiosos.
El deporte y el inglés (se trata de un centro bilingüe) también tienen gran importancia en las jornadas escolares. Muestra de ello es la gran piscina cubierta de la que disfrutan los alumnos, que desde pequeños gozan de clases de estimulación en el agua, un acercamiento y una iniciación a la posterior natación.
Terminamos la visita conociendo el comedor y disfrutando del olor a comida casera, que sólo puede generar una cocina propia, donde elaboran diariamente un menú rico y equilibrado.
No debemos olvidar que se trata de un centro religioso, y como tal, y de esto se mucho dadas mis vivencias, poseen una serie de festividades relacionadas con su patrona, así como una pequeña capilla y un hábito de oración por las mañanas. Un último detalle que sin duda llamó mi atención, fue la existencia en el centro de un grupo de alumnos de altas capacidades, con proyectos adaptados exclusivamente a ellos.
Sin duda, este nuevo colegio tiene apenas algunas coincidencias con aquel que recuerdo. Los años han pasado y ha ido adaptándose a los nuevos tiempos y las nuevas necesidades del alumnado. Dejando de lado las clases magistrales de una hora para compaginar la exposición de conocimientos con experiencias tecnológicas gracias a las pizarras digitales que poseen todas las aulas.
Hoy vuelvo después de tantos años y me voy con la alegría de saber que a pesar de todo, La presentación es una opción de nueva educación muy a tener en cuenta en la búsqueda de plaza para nuestros pequeños.
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