Al cruzar la puerta del centro respiras años de tradición. Sus pasillos, sus azulejos, sus rincones… tienes la sensación de estar pisando antigüedad, eso si, una antigüedad de experiencias y sobre todo de educación.

Las instalaciones del Colegio Prácticas de Educación Infantil y Primaria tienen su origen años atrás, cuando estudiantes de Bellas Artes trazaban sus dibujos y dejaban volar su talento a golpe de carboncillo. Desde entonces sus aulas han sido ocupadas por diferentes colectivos, desde Jesuitas hasta aprendices de Magisterio, seguro que si sus paredes hablasen nos contarían anécdotas inolvidables.

Nos reunimos con Marcos y Curro, los responsables del nuevo impulso educativo que mueve las aulas del centro. En pocos minutos nos transmiten la energía y la fuerza que han necesitado para frenar la enorme “bola de nieve” que hace cuatro años les venía encima cuando aceptaron ocupar el cargo que hoy desarrollan.

Desgraciadamente es difícil borrar la mala reputación de la que el colegio gozaba cuando ellos llegaron. Rumores y miedo cada vez mayor respecto a alumnos y profesorado que provocaba la huida de un preocupante porcentaje de matrículas.

Con este reto iniciaron su andadura cargados de ilusión, convencidos de que un cambio es posible, y así lo están demostrando día tras día. Apostando por una nueva forma de educar, por una enriquecedora diversidad, por las nuevas tecnologías, por la cultura y el medio ambiente, apostando por una educación de calidad que hace a los niños de cuatro años gritar un rotundo “NO!” cuando les proponemos quedarnos en lugar de su maestra, mientras desarrollan su actividad en el suelo. Una educación que vemos en los alumnos que durante nuestra visita piden al director “hacerle unas preguntitas” libreta y bolígrafo en mano, dejando por unos minutos las mesas de Primaria dispuestas en forma circular, un círculo donde el profesor es uno más.

El Colegio Prácticas Nº 1 es sin duda una opción de escolarización con años de historia y grandes dosis de ilusión.

Según nos dicen lo importante no son las personas. Lo fundamental es sembrar la semilla del cambio en el colegio, una semilla que el día de mañana, sea quienes sean los encargados de acompañar a los alumnos, siga creciendo, nutriéndose y dando sus frutos. Y este es precisamente el espíritu de superación que se respira en este centro, cada vez más presente entre las familias del centro de Málaga.

Después del café que hemos compartido, si algo tenemos claro, es que a este pequeño gran colegio le queda mucho por dar.

No dudéis en conocerlos personalmente el 13 de marzo durante sus jornadas de puertas abiertas, a las 10 y 18 horas.

Enhorabuena por vuestro entusiasmo.