Me dirijo al Colegio la Biznaga conociendo datos de su funcionamiento, gracias a las páginas que César Bona les dedica en su último libro “Escuelas que ayudan a cambiar el mundo”.
Lo primero que llama la atención al llegar son las privilegiadas vistas que poseen sus instalaciones. “Aquí es imposible enfadarse”, nos dice su directora María José, haciendo alusión al imponente paisaje que divisa desde su despacho.
Nos recibe con las puertas de sus aulas abiertas, dejándonos ver lo sus proyectos. Mostrando con una sonrisa enorme los rincones de su pequeño cole, y tratando con absoluta normalidad tanto las ventajas como las dificultades de su centro. Una naturalidad contagiosa que transmite tranquilidad.
En sus pasillos podemos encontrar ejemplos de sus iniciativas. Un gusano de la lectura con un cuerpo formado de libros ya leídos por los alumnos cuya longitud llega a ser difícil de seguir debido a su extensión. Un árbol de las palabras dedicado al día de la mujer trabajadora. Hojas llenas de nombres y profesiones importantes para los pequeños. Rincones y materiales reciclados que dejan ver el sello de ecoescuela por todas partes.
Algo que nos llama realmente la atención del Colegio la Biznaga es que las normas del centro se crean cada septiembre desde cero. Siendo siempre los alumnos los responsables de las mismas. Dándole un protagonismo único en las asambleas que la misma María José modera con los portavoces de cada aula. Encuentros donde muestran sus ideas y sus inquietudes, siempre con un buen razonamiento y una adecuada justificación. De esta forma es lógico que los alumnos sientan el colegio tan suyo.
El biblioparque es un rincón que según su directora surge sin demasiada perspectiva de éxito, como alternativa al patio de recreo. Un lugar donde los niños pueden sentarse a leer tranquilamente. Estando en él, pudimos comprobar como tres niñas se acercaban y comprobaban si “los libros ya habían salido”. Como nos comentaba Miguel, el conserje, que cada día hay cantidad de alumnos que hacen buen uso de esta iniciativa. Donde pequeños y mayores se relacionan y se unen por el gusto hacia la lectura.
La participación de las familias es otro de los grandes pilares de la ideología del Colegio la Biznaga.
Talleres, fiestas y eventos hacen que prácticamente todos los días alguna familia comparta con los niños experiencias de todo tipo. Como anécdota, esta implicación les llevó incluso a acampar en el patio para celebrar la noche de San Juan.
Terminamos la visita intercambiando teléfonos con la directora y riendo con la psicóloga del centro, que nos saluda poniendo por delante una frase única, “normalmente estoy más equilibrada”.
Gracias compañeros por vuestra labor diaria!
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