La primavera y la llegada del calor implica también la visita de unos compañeros de clase poco deseados, los piojos.

Estos “simpáticos” bichitos suelen hacer acto de presencia tanto en escuelas infantiles como en colegios, y como en todo, debemos estar bien informados para acabar con ellos lo antes posible.

¿Qué debemos saber de los piojos?

En primer lugar, hay mucha “leyenda urbana” respecto a los piojos. No transmiten enfermedades, no vuelan y no saltan. Lo peor que puede pasar cuando los tenemos en casa es la infección de las heridas que aparecen por el exceso de rascado.

Debemos diferenciar entre piojos y liendres. Los piojos son oscuros y tienen movimiento, son los culpables del picor horrible que se padece. Los piojos ponen una media de siete huevos al día, estos huevos son las liendres. Los ponen sobre todo detrás de las orejas y en la nuca. Los ponen cerca del cuero cabelludo, de la piel, porque necesitan el calor que desprendemos. Estas liendres se convierten en piojos adultos en unos ocho o nueve días, que ya se encuentran listos para poner otras cuantas liendres al día cada uno de ellos.

Las liendres son unas motitas blancas que suelen confundirse con caspa, pegadas a la raíz del pelo, que no se desprenden con agua. La clave es ver si al soplar se mueve o no. Si tienen movimiento es caspa, si permanecen pegados son liendres.

Se contagian por contacto directo cabeza con cabeza, y es importante saber que los piojos no salen de la cabeza. Solo los encontramos en el cuero cabelludo. Nada más. Así que si vemos algo en cejas, pestañas, hay que tener en cuenta que no son piojos. ¡Ojo con esto!

Y lo más importante, ¿qué hacemos para quitárnoslos de encima?, nunca mejor dicho…

Utilizamos tratamientos con productos específicos de farmacia. Son más recomendables las lociones frente a los champús. Hay que lavar el pelo con el champú habitual, secar un poco el pelo con toalla y aplicar el producto extendiéndolo muy bien. Tras esperar el tiempo recomendado por cada laboratorio, se pasará la liendrera (peine de púas finas y estrechas). Con el producto los piojos estarán inmóviles y se desprenderán fácilmente. Después aclaran con agua y dejar secar el pelo al aire, nunca con secador.

Para terminar, es recomendable revisar las liendres que se hayan podido quedar. Suelen ser las más complejas de quitar, y si alguna se nos escapa, seguiremos tiendo el mismo problema, debido a su rápida reproducción. Así que mirad con paciencia y quitar con las manos las que veáis, puesto que la liendrera siempre dejará más margen de error que nuestros dedos, aunque la paséis cien veces.

Para prevenir, es aconsejable llevar el pelo recogido o tener el pelo corto y pasar la liendrera a menudo en las épocas que sepamos que pueda haber riesgo de contagio. Está totalmente desaconsejado lavar el pelo con champús para piojos como medida preventiva.

Aunque sabemos que con estas palabras os hemos causado un terrible picor psicológico, esperamos haber aportado algo de luz a un tema tan recurrente en las aulas. Armaos de paciencia y no dudéis en aplicar el tratamiento lo antes posible y con el mayor cuidado. Dejad las prisas a un lado, así en un par de horas podréis tener el problema solucionado.

¡Ánimo!