Seguro que todos estáis sufriendo en mayor o menos medida la época de gripe. Los niños también sufren los síntomas típicos de estos molestos virus: mocos, fiebre y tos. ¿Qué podemos hacer frente a ellos?.
El caso de la fiebre es el más sencillo, puesto que tenemos una manera clara de proceder tras su aparición. Aplicar la dosis de paracetamol correspondiente es suficiente para paliar sus molestias. Pero, ¿cómo actuamos ante los mocos y la tos?.
Los niños menores de tres años padecen una media de ocho resfriados al año
Estos “inseparables compañeros” de nuestros hijos suelen acabar con nuestra paciencia en más de una ocasión. Los remedios frente al resfriado si echáis un vistazo por las múltiples guías medicas son:
- Para los mocos, lo mejor es usar suero fisiológico para a base de lavados nasales poder ir expulsándolos. Los lavados nasales suelen ser un momento de tensión, puesto que los pequeños no lo reciben precisamente con alegría, pero tratad de ser pacientes y sobre todo pensad que son muy positivos para mejorar su mucosidad.
- Para la tos, siempre que sea tos productiva (con sonido de mocos) suele ser recomendable no hacer nada, puesto que ayuda al niño a mover su mucosidad. Por la noche la molestia se hace aun más pesada, para ello, existen varias opciones. Los jarabes y la miel no son aconsejables para niños menores de dos años por las posibles reacciones alérgicas. Los humidificadores también pueden tener efectos secundarios no deseables.
El truco de la cebolla ha sido usado durante años y suele tener un resultado positivo. Se trata de poner una cebolla cortada cerca de donde el niño duerme para que pueda respirar el gas que emite, ese que a los mayores nos hace llorar. Esta práctica no tiene ninguna base científica, pero como es un método seguro y nuestras abuelas y bisabuelas han sido siempre muy sabias, no perdemos nada por intentarlo.
¡Mucho ánimo y a esperar la llegada de la primavera para dejar el resfriado de lado!
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