Salir de la norma o nadar contracorriente requiere siempre de una fortaleza extra y cuando se trata de tu futuro aún más.

Cuando José Gallardo tocó a nuestra puerta para entregar su currículum nos sorprendió, porque a día de hoy y a pesar de los tiempos que vivimos, sigue siendo extraño que sean chicos los que quieran entrar en nuestro mundo educativo. Su frase ante nuestra reacción fue clara:

«Es hora de ir cambiando»

Esa respuesta nos hizo reflexionar. Unas semanas después nos pusimos en contacto con él para conocerlo y que nos contara cómo se vive la búsqueda de trabajo cuando con veintiún años la tradición te obliga a nadar contracorriente.

Con el titulo de técnico superior recién salido del horno, comienza ahora su peregrinar por escuelas infantiles en busca de una oportunidad, que quizás en su caso sea un poco más difícil de lo normal, sólo por el hecho de ser chico.

«Es una cuestión de confianza. Hoy en día vemos muchas noticias, se oye de todo, y eso hace que las familias desconfíen de los hombres cuando se trata del cuidado de niños pequeños. Yo lo entiendo. Este trabajo lleva toda la vida relacionado con mujeres y es difícil que se nos vea igual que a las señoritas»

A pesar de ser consciente de la dificultad que conlleva su elección, José decidió apostar por su vocación y luchar por hacerse un hueco entre la feminidad de este mundo.

«Siempre me he sentido muy bien con los niños, me aportan algo diferente, disfruto más con ellos que con gente mayor. Yo en principio quería hacer magisterio, pero en bachiller tuve dificultades y encontré en el Técnico superior de educación infantil una opción para comenzar mi formación. Y ahora estoy entre la búsqueda de trabajo y el comienzo de la carrera universitaria, que me puede ayudar a tener más posibilidades de cara a los colegios.»

La sonrisa de ilusión que se dibuja en su cara cuando ve aparecer a los niños deja claro que no es una decisión tomada con ligereza, esta profesión se lleva dentro, y cuando vemos a José interactuar con los pequeños queda claro que su futuro laboral debe estar ligado a ellos.

 «Yo creo que no se nos debe mirar como hombres, sino como profesionales. Hay que empezar viendo eso, que venimos a trabajar y que estamos formados igual que las mujeres. Yo no me sorprendo si me dicen que hay mujeres piloto, son pilotos y ya está, y hacen su trabajo todos por igual.»

Desde que lo recibimos a primera hora de la mañana, no dudó en participar como uno más del equipo, ayudando en la preparación de la actividad, disfrutando con los niños y lanzándose a bailar con todos nosotros las canciones de Mary Poppins. Para nosotras ha sido un placer conocerle y compartir con él un ratito de nuestro día a día. Sin duda, después de compartir estos ratos con él, deja de estar presente el género, ya no se trata de elegir entre seño o profe, es uno más, y aunque es muy cierto que este tramo de educación aún tiene un gran peso femenino, no debemos olvidar que aunque son pocos, hay chicos con ilusión y ganas de trabajar que luchan por una igualdad de posibilidades.

«Es cuestión de darnos la oportunidad y ver cómo podemos sorprender haciendo el trabajo igual o incluso mejor que una mujer. Sólo es cuestión de mostrar el resultado de esa oportunidad. Ese podría ser el comienzo de todo.»

Escuela Infantil Con C de Cariño. Málaga.